Cuando la gente entra en la facultad de Periodismo, no sólo quieren “ser periodistas”, sino que quieren ser periodistas deportivos, o periodistas políticos, o sobre todo “reporteros de guerra”. Los hay que sólo quieren salir en la tele, y también quienes ya están predestinados al mundo del corazón. En mi caso, sólo sabía que quería contar cosas, pero no tenía tan claro cuál quería que fuera su contenido.
Desde muy pequeña había adorado escribir. Era mi vicio. Me pasaba los veranos portaminas en mano, inventando historias que mis amigas leían por fascículos, y leyendo libros que me inspiraban grandes romances. De esos que más que en la vida real, sólo ocurren en tu cabeza. Pero, cuando me hice algo más mayor, dejé un poco de lado la pasión por las letras, para que mis hormonas me llevasen sin remedio hacia la pasión por el sexo. Y al final, pasa lo de siempre, que una escribe de lo que vive, de lo que sabe, de lo que le marca, y a mí lo que me marcó fue precisamente eso.
El éxtasis de un orgasmo, la complicación de los sentimientos, las dudas ante los interrogantes entre hombres y mujeres, lo diferente del enamoramiento y del amor, los líos que nos hacemos a veces para entendernos, lo feliz que me hacía empezar un día con juegos entre las sábanas, y el descubrir realmente cuál era el motivo de muchas de mis sonrisas.
Entonces lo supe. Yo quería escribir sobre sexo. Si algo podemos hacer los periodistas es llegar a la gente, mandar mensajes, y no encontraba mensaje más bonito que ese. El poner mi granito de arena para ayudar a la gente a disipar esas dudas, y a gozar más, sin tantas presiones ni tantos prejuicios, de esa parte tan importante de sus vidas.
Por eso decidí estudiar Sexología, porque las cosas si se hacen, se hacen bien. Mi mente se abrió hacia conceptos que nunca antes me había planteado, y los artículos de opinión empezaron a quedarse cortos para hablar de todo lo que quería hablar. Así que, esta vez con un portátil, y no con un portaminas, me lancé de nuevo a la imaginación, y volví a sumergirme en otro tipo de letras. En los placenteros y sinuosos caminos de la literatura.
Y en esto estamos. En cumplir sueños, o al menos, en intentar cumplirlos.
Muchas gracias a todos los que me leéis, por acompañarme en esta aventura.
Muchas gracias a ti! que ganitas de leer el libro ya….. y el blog te esta quedando genial!
Te diría que mucha suerte…pero no la necesitas!
A ver si empiezo a seguir que me interesa hacerte un par de consultas… vere de conseguir el libro por donde vivo… aunque lo veo dificil.
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Muchas gracias Saul, el libro puedes conseguirlo siempre a través de Amazon, y pronto estará disponible su versión digital. Gracias.
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Saludos
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