Silvia C. Carpallo
Algunas mujeres que creen haber utilizado bien su píldora anticonceptiva y sin haber tenido ningún olvido, descubren con sorpresa que están embarazadas. El motivo radica en que las interacciones entre fármacos, es decir, la acción que ejerce un medicamento sobre otro, pueden provocar la ineficacia de los anticonceptivos orales.
«El anticonceptivo puede verse afectado por el otro compuesto y a su vez el otro alterar el efecto del primero», explica Ángela Alsasua, miembro de la Sociedad Española de Farmacología. La experta explica que «la principal consecuencia es un embarazo no deseado o sangrados vaginales intermenstruales, aunque hay mecanismos que pueden producir estas variaciones, los más importantes son la alteración de la absorción gastrointestinal y las variaciones del metabolismo».
A este respecto, hay que aclarar que tener un sangrado intermenstrual no es siempre un síntoma de una interacción, ya que como expone Vicente Barragán, miembro de la Junta Directiva de la Federación de la Planificación Familiar Estatal (FPFE), «también pudiera aparecer cuando hay un mal cumplimiento del tratamiento, con olvidos de la toma, aunque es recomendable descartarlo cuando se produzca».
Los más habituales
No siempre se tiene claro qué medicamentos pueden causar esta interacción, por lo que, como recuerda Barragán, hay que preguntar siempre «al personal sanitario, sobre todo en servicios específicos como los de planificación familiar o recurrir al médico de cabecera y al personal de la farmacia». Pese a ello, es importante tener unas ideas básicas de cuáles son los medicamentos con los que hay que tener más cuidado. Los más conocidos son los antibióticos, pero tal como aclara Angela Alsasua, «no todos los producen las mismas interacciones con los anticonceptivos, incluso algunos estudios sobre estas interacciones son contradictorios».
A no ser que la mujer tenga una enfermedad crónica, debe estar al tanto de que con qué medicamentos de uso eventual tener más precaución, «los fármacos más utilizados en atención primaria capaces de disminuir la eficacia de los anticonceptivos son los antibióticos (penicilina, tetraciclinas, etc.), la rifampicina y algunos antimicóticos», aclara Alsasua. Pero el problema es más complejo cuando se trata de una medicación continua, ya que «las enfermedades crónicas cuyos tratamientos se pueden afectar al efecto de los anticonceptivos son la epilepsia, la diabetes y enfermedades de la coagulación de la sangre».
Pero no sólo hay que tener en cuenta el medicamento, sino también cuándo se realiza la toma, ya que fármacos comunes como el paracetamol pueden afectar a la píldora si se toman conjuntamente, aunque de forma más leve. También ocurre con los analgésicos opiáceos o los medicamentos para impedir vómitos, por lo que habrá que separar las ingestas.
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