Carta a los reyes: una nueva vida sexual

Con cada campanada y con cada uva, algunos recuerdos vinieron a nuestra mente. Imágenes de 2013, de los mejores y de los peores momentos, de lo que nos gustaría conservar, y de lo que nos gustaría que fuera diferente. ¿Pero hay algo que queramos cambiar en el terreno de lo sexual?  Hoy escribimos a los Reyes Magos para pedirles nuestros deseos más íntimos para 2014. 

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Simon Watson Bottanca (Getty).

A la hora de escribir nuestra «carta sexual» a los Reyes Magos, es importante pedir cosas realistas. Es decir, que nos pongamos como propósito para 2014 aquello de verdad nos gustaría hacer, y que por unas cosas u otras, nos hemos ido dejando en el tintero, y no algo que al final se convierta en una obligación más.

Es decir, no es necesario convertirse en un artista del Circo del Sol para ser un experto en el Kamasutra, ni comprar sin ton ni son todas las novedades en juguetería erótica de la temporada. O quizás sí. El arte de disfrutar consiste en buscar una manera de mantener despierto el deseo. Ese que a veces se esconde. Y en esto, cada uno tiene su receta particular, porque como ya he dicho en más de una ocasión, si cada persona es un mundo, cada pareja es un universo.

Esa es la primera diferencia, no importa si pasamos la Noche de Reyes solos o acompañados. ¿Quién dice que no podemos innovar en las relaciones sexuales que tenemos con nosotros mismos? La persona con la que vas a pasar el resto de tu vida eres tú mismo, y eso supone que también hay que cuidarse. Tiempo y cariño a nuestro cuerpo y a nuestra mente debe ser uno de los regalos que podemos apuntar en nuestra lista.


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Masturbarse puede ser un arte, y puede innovarse mucho al respecto. Bien comprando nuevos juguetes que nos hagan experimentar nuevas sensaciones, o bien desarrollando nuevas técnicas de masaje con nuestras propias manos. Quizás incluso introduciendo algún elemento motivador nuevo. No está de más dejar un poco de lado los vídeos de pornografía, y pasarse a la literatura erótica, para no oxidar nuestra imaginación.

Precisamente en desarrollar nuestra imaginación está la clave. Si queremos volver a despertar ese deseo aletargado, en este caso estando en pareja, hay que renovar el repertorio de preliminares. Y no me refiero solo a aprender nuevos juegos de manos, sino a conseguir que a lo largo del día nuestra pareja esté loca por pillarnos a solas.

No os descubro nada, pero os refresco la memoria. Una foto subida de tono que le llegue al móvil en un momento inesperado, una nota guardada en su bolsillo para que la lea al llegar al trabajo, un mensaje de WhatsApp o un correo electrónico, con alguna fantasía erótica que tengas reservada para la ocasión, por ejemplo. En el momento de encontraros, si es una cita, qué mejor que iniciarla con un beso apasionado que os deje sin palabras, o con un juego de pies debajo de la mesa del restaurante. Si estáis en casa, un roce disimulado puede esconder muchas intenciones, o un susurro en un encuentro en el pasillo quizá consiga que cuando llegue el momento de estar por fin a solas, haya más ganas.

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Si buscáis más ideas, os recomendamos el libro ‘Las 52 seducciones‘ de Betty Herbert.

Si entonces aún tenéis ganas de jugar, para deleitaros en el encuentro, y no ir tan directos al grano, aquí van algunas ideas:

El espejo: Ponéos uno frente al otro, desnudos (tumbados o de pie), y cerrad los ojos. Uno de vosotros marcará el ritmo, acariciando a la pareja, mientras el otro deberá imitar sus movimientos. Si preparáis un ambiente cálido, y alguna música que acompañe el momento, mejor que mejor.

El reloj: Que ella se tumbe en una posición cómoda, y flexione las piernas, manteniéndolas abiertas. Introduce el dedo en su vagina, y ve marcando las diferentes horas del reloj, para que ella te vaya indicando cuál le gusta más.

Sí al lubricante: Una buena idea para pedir a los Reyes, en cuanto a juegos manuales, es convertir el lubricante en vuestro mejor aliado. Podrás probar muchos movimientos nuevos para estimular su pene. Si quieres unirle una sesión de sexo oral, mejor que sea de sabores.

Verbo y cuerpo: Si no os gusta dejarlo todo al azar, podéis cambiar el típico juego de dados sexuales por vuestra imaginación. Es tan sencillo como que uno diga el verbo (besar, lamer, morder, acariciar), y el otro conteste en qué parte del cuerpo prefiere que se lo haga (cuello, tripa, boca, mejilla, pies), y os dejéis llevar por una sesión más que divertida.

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Por supuesto, también hay formas de innovar en la propia penetración. Ya hemos hablado de vibradores para utilizar durante el coito y estimular a ambos miembros de la pareja, pero además de tirar del manual de posturas, también podemos cambiar nuestro repertorio de movimientos. Si bien ella puede aprovechar a hacer sus ejercicios Kegedurante el acto, para presionar al pene dentro de la vagina, él puede innovar con movimientos más circulares que busquen estimular diferentes puntos de los genitales femeninos. Igualmente, podéis probar algunas técnicas, como es la Técnica de la Alineación Coital (TAC), o  jugar más con la presión, y no tanto con el a veces aburrido dentro-fuera. Todo vale si es consentido, y sobre todo, si es divertido.

Dejáos llevar, probar, jugar y, sobre todo, no os olvidéis de que el sexo es felicidad, y que reírse más, también en la cama, siempre es un buen regalo para hacerse (o pedirse) en Reyes.

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