Quien más y quien menos tiene sus vicios inconfesables. Esas cosas sencillas que nos dan mucho placer, pero que por alguna razón nos da vergüenza comentar o admitir en público. Uno de esos vicios son los bastoncillos de algodón para limpiarse las orejas. Sí, tal cual, limpiarse la cera de los oídos provoca más de un gemido de placer, e incluso, si […]