Era el “empotrador” de tu vida. Los mensajes de texto antes de quedar ya encendían el horno, pero las miradas que os echabais cuando os teníais delante, terminaban por conseguir que ardiera Troya. La cosa empezaba por esos besos pasionales, de los que surgen en las calles oscuras, y acababan con algún arrebato, de los que pasan en esos lugares inconfesables. El […]