Pues por lo visto sí, y es que uno de los temas a tratar en verano es cómo plantearse el sexo en el agua. Si bien puede resultar un juego muy entretenido y una forma de innovar en nuestra rutina sexual, quizás convenga más tomárselo como eso, un juego, y es que si tiene pros, como que somos más ligeros, también tiene contras, como la posibilidad de que se produzcan hongos posteriormente.